El amianto, asbesto o uralita, es un material compuesto de minerales silicatos fibrosos. Tiene la capacidad de dividirse en fibras hasta 800 veces más finas que la fibra original. Fue ampliamente utilizado a lo largo del siglo XX por sus ventajosas características: resistencia mecánica, aislamiento térmico y acústico, baja conductividad…
En nuestro país, el uso del amianto quedó prohibido en el año 2001 pero la norma no entró en vigor definitivamente hasta diciembre de 2002.
¿Por qué se prohíbe su uso?
Las fibras de amianto, que se caracterizan por su capacidad para dividirse, entran en el cuerpo humano principalmente por la vía respiratoria. Un porcentaje de estas fibras pueden quedarse adheridas a nuestros pulmones o penetrar donde el organismo no será capaz de eliminarlas.
El amianto aparece como sustancia que causa cáncer en la Oficina Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC en sus siglas en inglés). En este sentido, se ha demostrado que la inhalación de fibras de amianto se relaciona directamente con el desarrollo de enfermedades respiratorias graves. Entre ellas están el cáncer de pulmón, la fibrosis pulmonar (asbestosis) o el mesotelioma maligno. Las afecciones no se desarrollan inmediatamente, sino que se pueden evidenciar entre diez y cuarenta años después.
Normalmente se produce una exposición corta pero muy intensa (gran concentración de partículas en el ambiente) o una exposición continuada a una menor concentración. Es importante recalcar que no existen unos niveles de exposición seguros. Una vez detectada la presencia de amianto, habría que proceder a su eliminación lo antes posible.
¿Cómo se elimina el amianto?
Hay que llevar a cabo su retirada con procedimientos que no permitan que las fibras se liberen al ambiente. Asimismo, se debe señalizar y delimitar correctamente la zona donde se van a realizar los trabajos para evitar un riesgo a la salud pública.
La eliminación deben llevarla a cabo empresas que estén inscritas en el Registro de Empresas con Riesgo por Amianto (RERA) y contar con el visto bueno del Instituto Regional de Salud e Higiene en el Trabajo (IRSHT) para cada caso. Asimismo, estas empresas tienen que contar con importantes medidas preventivas para proteger la salud de sus trabajadores. Los empleados y empleadas también tienen que contar con formación específica en retirada de amianto.
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